martes, 24 de junio de 2014

No quiero tus "piropos" quiero tu respeto.

No hay un solo día en el que pueda salir de mi casa y caminar por la calle sin sentirme desnuda. En cada cuadra por lo menos un tipo abusivo me dice obscenidades o me observa con lascivia. Cualquiera podría decir que debería sentirme orgullosa porque resulto ser atractiva a los hombres, pero no es así.
Siempre que un extraño me dirige la palabra para decirme lo que me haría si... Lo que me haría con... Lo que quisiera que... Que eso se me ve como para... y otra cantidad de barbaridades que prefiero reservarme, lo único que siento es miedo, impotencia, vergüenza, asco, rabia, jamás orgullo. Y lo único que me queda por hacer es tragarme todos los insultos que quisiera escupirle en la cara, con la esperanza de que a ninguno de ellos se le ocurra algún día cumplir con todo lo que me dice.
¿Piropos? No lo creo, mi definición de piropo es muy diferente a eso que me dicen la mayoría de tipos que circulan por ahí... Prefiero llamarles amenaza de violación, porque me faltan el respeto, me denigran a la condición de objeto sexual. Porque yo en ningún momento pedí escucharlos y sin embargo no les importa, me dicen lo que se les venga en gana igual ¿No queres que te diga obscenidades? No me importa, lo voy a hacer. ¿No queres que te toque? No importa, lo voy a hacer.
Un hombre normal sabe que no necesita hacer ese tipo de cosas para conseguir tener sexo con una mujer, entonces ¿Con qué propósito acosan? Lo único que se me ocurre es que el acoso evidencia la superioridad que algunos hombres sienten que tienen exclusivamente sobre el género femenino, creyéndose que tienen el derecho de hacer o decir cualquier cosa a cualquier mujer solo porque si.
No tiene nada que ver con ser bonita o fea, gorda o flaca, blanca o morena, pequeña o alta, joven adulta o incluso longeva. Todas las mujeres en más de alguna ocasión hemos sido víctimas de este tipo de ataques. Se cree erróneamente que usar ropa que deje al descubierto algunas partes del cuerpo desencadena el acoso, mentira. Yo he salido a la calle, con ropa que cubre todo mi cuerpo y me han acosado igual. ¿Donde queda mi libertad, la libertad de vestirme como yo quiera? Es una tortura el verano porque no puedo usar prendas cortas aunque muera de calor ¿Por qué? Porque si estando cubierta me acosan, no me quiero ni imaginar lo que serían capaces de hacerme si usara ropa reveladora. Ya basta de atacar la consecuencia y no la causa.
He comprobado que cuando camino al lado de un hombre, ya sea este mi papá, mi novio, primo o amigo, nadie me acosa. Es que la figura masculina que llevo al lado si merece respeto ¿Y yo, como mujer, cuando voy sola, por qué no?
Esta situación nunca va a dejar de irritarme, lo más lamentable es que los padres (y algunas madres también) permiten que sus hijos sean herederos de esta nefasta práctica. Niños de corta edad me han dicho cosas que me han dejado con la boca abierta, increíble como puede llegar a pervertirse la inocencia de un niño, solo me pongo a pensar que de tener una hija, esos niños podrían convertirse en sus acosadores o podrían abusar sexualmente de ella en el futuro y me dan escalofríos...
Lo único que quiero es que el género no condicione el respeto, los valores morales son universales en la teoría y también deberían serlo en la práctica. Ya estoy harta, realmente cansada... Y si, si es para tanto aunque algunos no logren percibir la gravedad del asunto. Las mujeres sufrimos el acoso y ese es motivo suficiente para sentirnos indignadas. Los hombres no lo sufren, algunos de ellos hasta son victimarios, yo me pregunto si acaso ¿Les gusta que las mujeres de su familia sí sean victimas? yo me pregunto si ¿Quieren eso para sus hijas? La respuesta probablemente sea no, sin embargo no le toman importancia y les da risa, para mi no tiene nada de gracioso la manera en que me siento cuando alguien me acosa.

8 comentarios:

  1. Un cambio en ésto, como en otras prácticas de nuestra sociedad, va a tomar un par de generaciones o más, triste pero cierto.Por cierto, interesante bitácora.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El problema es que no todos/as se preocupan por comenzar ese cambio ya. Muchas gracias por leerme.

      Eliminar
  2. Cualquier conducta socialmente arraigada y vista no sólo como "no mala", sino de hecho como buena y normal, lleva mucho tiempo y educación para erradicarla, como ha pasado con tantas otras costumbres discriminatorias. Y quienes tienen el "privilegio" de ejercer el acoso, dalo por seguro que no van a estar dispuestos a renunciar tan fácil, van a pelear con uñas y dientes para mantener su autoproclamado derecho. Va a llevar mucho trabajo erradicar eso, pero como todas las malas costumbres, no se cambian de un día para otro sino con mucho tiempo, trabajo y sobre todo educación.

    Que esto ya se esté hablando públicamente y se lo llame por lo que es - un problema y una forma de acoso - sin pedir permiso ni perdón por decir la verdad, ya es un enorme avance.

    Muy buena tu nota.

    Saludos,
    M

    ResponderEliminar
  3. Gracias por expresar lo que muchas piensan.
    Yo nunca entendí tampoco. ¿Acaso creen que si le dicen a una mujer por la calle que tiene buen culo ella se va a maravillar y le va a decir, vení, vení, te merecés sexo oral como premio?
    Eso no pasó nunca, no pasa y nunca va a pasar.
    La única explicación válida es un uso y abuso de una supuesta asimetría de poderes entre mujer y hombre. No hay otra.
    El justificativo de "mi padre me lo enseñó así" es insulso.
    Y también lo es "es una práctica socialmente e históricamente arraigada".
    Eso NO ES excusa.
    Dios, ¿tanto cuesta procurar respetar a los otros para originar una cadena de respeto humano y universal?
    Parece que sí.
    Hasta entonces, un abrazo muy fuerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un abrazo, gracias por tu comentario. Saludos cordiales.

      Eliminar
  4. Me encantó tu artículo. Me siento 100 % identificada.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es una sensación agridulce cuando alguien se siente identificada... Por un lado siento que no estoy sola, pero por el otro, me entristece que haya más mujeres pasando por esto. Gracias por leerme.

      Eliminar